martes, 29 de septiembre de 2009

La Revolución Mexicana. Otras voces, otros escenarios.


Tenemos el gusto de presentar, la más reciente publicación editada por la Asociación Civil de Historiadores Mexicanos Palabra de Clío, con motivo de las celebración del centenario de la Revolución Mexicana. Se han reunido algunos escritos que abarcan diferentes temáticas relacionadas con el movimiento armado, ofreciendo al lector una selección que estamos seguros será de su interés.

El libro incluye los siguientes trabajos:

Introducción. Porque a la Bola le entraron todos.
Rafael Luna Rosales.

El Partido Liberal Mexicano aportó la ideología
Lucia A. Ramírez Pérez.

Los artistas no voltearon hacia otro lado.
Claudia Marcela Rodríguez Pérez.

De cómo los libros contaron la historia.
Marco Fabrizio Ramírez Padilla.

El Ateneo contra los " Cientisicos"
Claudia Espino Becerril.

En las haciendas de Tlaxcala los balazos se dejaron oir.
María Concepción Delgado Sandoval.

En Atlihuayán hasta muertos hubo.
Olivia Domínguez Prieto

Las familias ya no fueron como antes.
María Eugenia Herrero Cuevas

En Agua Prieta los mancos aplaudieron.
Juan Francisco Calderón.

Lo que nos faltaba una huelga general.
Sabino González Martínez


(Donativo: Versión impresa $150.00. Versión digital (PDF): $100.00)

viernes, 11 de septiembre de 2009

La independencia de México: las otras historias.


Índice


Introducción: Repensar la Independencia de México. Itzel Magaña Ocaña
Un asunto que exacerbó los ánimos. Sabino González
La plebe arriesgó el pellejo. Ricardo B. Quiroz Z. y Roberto Quiroz
Y en la bola también iban mujeres. María Elena Valadez
Y hubo algunas con pantalones. Claudia Espino
La prensa también jugó. María Amanda Cruz
Y la Guadalupana bajó del altar. María Guadalupe Castro
Los músicos no podían tocar afuera. Viridiana Olmos
Los masones cambiaron los mandiles por los rifles. Rafael Luna
Pero Morelos también fue cura. Raymundo Casanova
Y 100 años después un ángel llegó hasta arriba. Claudia Rodríguez Pérez
Porque nada de esto es inventado: Bibliografía

lunes, 7 de septiembre de 2009

5 Conceptos básicos para estudiantes e interesados en el tema de la cultura maya.

Por: Juan Carlos De La Peña Hernández

Historia SUA
UNAM
Facultad de Filosofía y Letras

Para tener un acercamiento al estudio de la antigua cultura maya debemos entender ciertos conceptos básicos relacionados a la forma de representar el tiempo, el espacio, la economía y la política. Los períodos de la historia maya se clasifican en tres grandes bloques temporales:

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Período Preclásico:
Abarca desde el año 2000 a.C. hasta el 250 d.C. A su vez este período se subdivide en tres períodos: el temprano (2000 – 1000 a.C.), medio (1000 – 400 a.C.) y tardío (400 a.C. – 250 d.C.). En el período clásico se da la formación de las primeras sociedades complejas. A partir del año 500 a. C. Los mayas establecen las primeras ciudades. Nakbé, se cuenta entre las primeras, posteriormente reemplazada por El Mirador, la cuál es la mayor concentración arquitectónica que haya construido los mayas. Se da la influencia de la proto – cultura madre de los olmecas y en base a este intercambio entre los pueblos se da el surgimiento de los epiolmecas y mayas.

b) Período Clásico
Desde el año 250 hasta el 909 d.C. Fue en este período donde los mayas alcanzaron su mayor florecimiento en todas las áreas de su cultura. Se da también la influencia de la gran ciudad de Teotihuacan. Estilo arquitectónico talud – tablero. Se da una división del Clásico en Tardío y Temprano. La división de estos se da con la caída de Teotihuacan. En el período tardío los mayas alcanzaron su mayor expansión demográfica y su sociedad se volvió muy compleja. Máximo desarrollo cultural. Lastimosamente esta etapa fue breve y a partir del siglo IX se da una crisis paulatina de las ciudades.

Período Posclásico:
Abarca desde el 909 d.C. hasta la caída de los mayas por la llegada de los españoles en 1697, cuando cae el último bastión de los mayas en las selvas del área central. Se da un declive en la época tardía en Chichen Itzá y su reemplazo como ciudad hegemónica por Mazapán. Al igual que el período clásico, se subdivide en Temprano y Tardío. (909 – 1200 para el primer caso y de 1200 hasta la intrusión para el segundo).
Espacio.
El área geográfica que abarcaron los mayas de la antigüedad se divide en tres zonas principales:
El área Sur que cubre la zona montañosa de lo que actualmente es Chiapas y partes de Guatemala así como la costa sur, el área Central en donde hay tierras bajas y selvas tropicales húmedas y la parte Norte, la cuál está formada por selvas del bosque tropical seco, abunda en esta zona los arbustos achaparrados.
Escritura.
Pasando al tema de la escritura maya, podemos mencionar que es de tipo jeroglífica. En la escritura maya existe una preocupación por plasmar los detalles históricos y sociales de las élites gobernantes. Existe una necesidad de crear registros permanentes para la posterior identificación de los gobernantes, sus hazañas, victorias y hechos importantes. Fue desarrollado en el preclásico tardío por as comunidades de habla ch´olana. El descubrimiento de las bases fonéticas se dá por el ruso Yuri Knosorov. Es un sistema que utiliza logo gramas para las palabras completas. El sistema no utilizó más de 500 signos de los cuales se han descifrado aproximadamente 300. Siguen muchas interrogantes por responder al respecto y cada día se dan avances notables con la tecnología reciente. Los escritos se desarrollan a partir de la tradición plástica y la de los escribanos (los cuáles ocupaban un lugar privilegiado en la sociedad de aquella época).


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Tiempo.
La periodización temporal, entre los mayas de la antigüedad es uno de los logros más grandes de las civilizaciones de la antigüedad prehispánica. La Cuenta Larga era el registro temporal que se utilizaba para abarcar grandes períodos de tiempo en los estadíos mayas. Este sistema era más avanzado que el que se utilizaba diariamente llamado Tzollk´in, que era el equivalente al calendario actual. La Cuenta Larga fue desarrollada durante el período Clásico, siendo la unidad más alta el Bak´tun, de casi 400, seguido por el K´atun (de 20 años), el Tun de 360 días, Uinal de 20 días y el K´in (días individuales). Este sistema es una escala descendente de valores, separados por períodos que empiezan con el Bak´tun. Las estelas mayas eran edificadas para conmemorar acontecimientos de importancia de la Cuenta Larga.


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Sobre las dinastías y la realeza maya:
Los mayas formaban dinastías que se sucedían por líneas patriarcales, muy similares a las de otras zonas del mundo, y a pesar de los alardes de algunos medios por hablar de la “Reina Roja” y sobrevalorar su importancia, estas ocasiones de ascensión al poder del sexo femenino fueron una medida emergente para mantener la continuidad puesta en peligro. Los primogénitos tenían el derecho al trono sobre sus hermanos. Ya teniendo un punto a su favor con la herencia dinástica tenían que ser puestos a prueba: en el arte de la guerra, por lo general se llevaba a cabo una contienda para la toma de prisioneros, los cuáles eran después inscritos bajo la figura de “amo/guardián de….. (se citaba el nombre de los prisioneros). Los miembros de la familia gobernante hacían uso de bebidas y enervantes para la entrada a los mundos espirituales, el auto sacrificio y la mutilación genital, así como las perforaciones bucales, se practicaban con fines espirituales. Los reyes albergaban su corte en los palacios ubicados en el centro de sus ciudades; una de las responsabilidades más serias del Rey era el dirigir su ejército a la guerra y a la victoria, en estas batallas el propio rey era inmiscuido en la batalla cuerpo a cuerpo y la peor desgracia de un rey era ser tomado cautivo por su enemigo.1
Durante este período se da una renovada forma de gobernan diferente a a del Preclásico, se enfatiza la individualidad y la relación realeza – cosmos tomo otros caminos. Ahora los templos pirámide se convierten en santuarios mortuorios para venerar a los reyes del pasado. A autoridad se deposita en el “ajaw” ó Señor Divino. El título de Kaloomtee´ se reserva para las dinastías más poderosas de la zona. El sistema dinástico se extendió en forma lenta desde el Petén (área central). Cada reino – ciudad defendía tenazmente sus tradiciones sobre las de los demás reinos e inclusive tenían una épica distinta de cada una. Para algunos, los mayas estaban divididos en unas pocas entidades que dominaban grandes extensiones territoriales; para otros, formaban una gran cantidad de pequeños estados que mantenían relaciones pacíficas ó conflictivas entre sí, del mismo modo su organización política esta dividida en cuestiones de opinión: para algunos tenían una fuerte estructura centralizada y para otros era descentralizada y débil. La opinión de la investigación de los autores referidos , muestra una serie de supra – reinados en los cuáles habían estados vasallos de otros más poderosos y también se daban las relaciones entre estados por medio de vasallaje familiar. Algunas de estas dinastías sometidas veían en el sometimiento una protección y las redes de influencia se aplicaban por medio de “tratos” entre las dinastías locales que servían como protectoras de las más poderosas, casi siempre portemos a la agresión militar.


1. El Castillo de Tulum. Es la construcción más grande de Tulum, aposento de la realeza en su período de esplendor (1200 - 1500), su estilo arquitectónico ya está influenciado por la cultura tolteca, se presenta indicios de talud - tablero en esta y en las demás edificaciones importantes de la pequeña ciudad amurallada costera. Su estilo es el de la Costa Oriental, y se caracteriza por una disminución de las magnitudes en las construcciones y un diseño sencillo que se relaciona con la crisis en la cuál se sumieron los mayas de la antigüedad, después de la caída de las grandes ciudades estado del clásico.

2. Nohoch Mul (La Casa Grande), Situado en la gran ciudad de Cobá, a unos 80 kilómetros de Chichen Itzá. Es la construcción más alta del mundo maya, alcanza los 48 metros de altura. Construido en el período clásico, simbolizó el poderío militar y religioso de una de las ciudades que tuvo una de las ocupaciónes más largas en la historia maya ( desde el siglo V hasta el postclásico tardío, aproximadamente el siglo XIV). Su estilo arquitectónico pertenece al Peten Norte, esta ciudad tuvo influencias culturales de Tikal, Kohunlich y el Peten centroamericano en general.

3. Castillo de "El Meco". La ocupación de esta pequeña ciudad localizada en Punta Sam, Cancun, inició a partir del período clásico ( 600 d.C. ). El Castillo fue construido a fines del período clásico, en algún momento entre el siglo VII y el XI. Ejemplo de una construcción que se inició entre el período clásico y posclásico.

Fotografías del autor.

Fuente Seleccionada:
Martin, Simon y Nicolai Grube, Crónica de Reyes y Reinas Mayas, México, 2002, Editorial Planeta, pp. 130 - 182.

viernes, 4 de septiembre de 2009

BREVES CONSIDERACIONES BÁSICAS SOBRE LA HISTORIA.



              “Tenemos necesidad de la historia para vivir y obrar, y no para desviarnos cómodamente de la acción, o acaso para adornar una vida egoísta y una conducta cobarde y perversa. Queremos servir a la historia solamente en cuanto ella sirve a la vida”.

              Friedrich Nietzsche: De la utilidad y los inconvenientes de los estudios históricos para la vida.

Cuando recuerdo mis clases de historia de educación básica, no puedo dejar de evocar la imagen de un venerable anciano tocando la campana de su pueblo al grito de ¡Muerte a los gachupines!¡Viva la Independencia!¡Viva México!, o la de un niño militar lanzándose al abismo con una bandera mexicana enrollada en su cuerpo; y aquella del águila devorando a la serpiente posada sobre un nopal y claro, no puede faltar la del indio pastor que terminó por convertirse en el «mejor» presidente que haya tenido el pueblo mexicano. Claro, jovencísimo como era yo, no podía de dejar de sentirme orgulloso por mi país, agradeciendo a mis profesores por las enseñanzas que me brindaba.

Ahora que me he convertido en un estudioso de la historia, me veo obligado a reflexionar sobre los motivos por los cuales un niño se ve forzado a aprender todos esos relatos de bronce y cómo se ha construido ese discurso.

Precisamente queriendo dialogar con mis colegas historiadores y alumnos sobre el arte de Clío, quisiera comenzar con una pregunta bastante popular, pero que por ello mismo no podemos evitarla: ¿qué es la historia?

El primer problema al que se enfrentará el individuo que decida internarse en los estudios de la historia es, precisamente, definir el carácter de ésta. Sin duda, comenzará percatándose de que la palabra historia en sí misma presenta complicaciones, pues con ella podemos referirnos tanto a los hechos del pasado, como a una narración o a la disciplina encargada de estudiarlos. Es decir, la ambigüedad del término historia nos permite entenderla como a) la realidad histórica, b) la indagación o averiguación de los hechos históricos y c) la narración de esos hechos.

La historia entendida como realidad histórica se refiere al conjunto de hechos pasados, presentes y futuros, o dicho de otra manera, es la «realidad» en su transcurrir temporal.

La Grecia del siglo V a.C. dio a luz a uno de sus más prominentes hijos: Heródoto. Aquel heleno inauguró para occidente un saber basado en una investigación. Ese saber se convirtió en el fundamento de la disciplina que hoy conocemos como historia y cuya finalidad es realizar investigaciones en la realidad histórica. Al historiador le interesa principalmente conocer los hechos ocurridos en el pasado del hombre, por lo cual enfatiza en el estudio de ese pasado.

Llegados a este punto, podemos afirmar que la plurivalencia de la palabra “historia” es una virtud, pues sirve como indicador de la estrecha relación que existe entre sus tres significados, ya que sólo es posible conocer la realidad histórica por medio de una investigación y esta investigación solo puede ser expresada a través de un discurso escrito al que se ha denominado historiografía. Partiendo en sentido opuesto, podemos decir que la narración depende de la investigación y ésta no sería posible sino basándose en la realidad histórica.

Aquí resulta importante señalar que el conocimiento del pasado sólo puede darse a través del presente del historiador. Los medios de los que se sirve para efectuar tal tarea, sus fuentes, sólo contienen visiones fragmentarias del pasado que aportan datos a la investigación. Por esto, es que consideramos que la relación entre el historiador y las fuentes es “un proceso continuo de interacción entre el historiador y sus hechos, un diálogo sin fin entre el presente y el pasado”1.

Ante la imposibilidad de establecer un contacto directo con los hechos del pasado, el historiador debe servirse de los vestigios que quedan de aquel. Estos vestigios son sus fuentes. Ellas sirven como una ventana al pasado, por medio de la cual, el historiador puede echar un vistazo al paisaje del ayer. Sin embargo, aquella ventana no es lo suficientemente grande para permitirnos observar el horizonte en su totalidad, pues entre el sujeto y el paisaje se levantan los muros del olvido que se convierten en el principal obstáculo para la vista. Además, el cristal de la ventana transforma los colores de la realidad dándoles matices que engañan los ojos del historiador; ese mismo vidrio le impide conocer la intensidad con que sopla el viento, saber si afuera hace frío o llueve. No obstante, el estudioso de la historia de ninguna manera exclamará “¡no puedo estar en el campo, y por tanto, no puedo conocerlo!”.

Es así que podemos afirmar que las fuentes nos ofrecen una visión fragmentaría del pasado, nunca al pasado en sí.

En nuestros días los recursos que los estudiantes, por ejemplo de bachillerato, pueden utilizar como fuentes son bastante amplios. Entre ellos podemos mencionar los libros, periódicos, revistas y también el internet. El estudiante no debe olvidar que cada uno de estos recursos tiene grandes virtudes, pero también puede carecer de cualquier fundamento. Por ello, uno nunca debe dejar de hacer a sus fuentes una serie de preguntas básicas que le ayudarán a contextualizarla y así ver de qué manera la podemos aprovechar; a saber, estas son las preguntas que debemos formular:

  1. ¿Quién la generó?
  2. ¿Con qué propósito lo hizo?
  3. ¿Cuándo se generó?
  4. ¿Dónde se generó?

Además, no se debe olvidar una división básica de las fuentes, la cual se hace de acuerdo con los individuos que las producen y el momento en que se generan. Así podemos considerarlas como fuentes primarias y fuentes secundarias.

De manera muy simple, diremos que una fuente primaria es la que generan los propios protagonistas del suceso que se está investigando. Una fuente secundaria es la que se genera después de que han sucedido los procesos históricos con la intención de interpretarlos y analizarlos.

Concluiremos estas breves líneas con una invitación para que los lectores aumenten, corrijan, cuestionen, y expresen sus dudas sobre el contenido de las mismas, esperando que así se dé un diálogo provechoso para todos aquellos que escuchamos las palabras de Clío.

Algunas recomendaciones bibliográficas.

Carr H. Edward: ¿Qué es la historia? Ed. definitiva. Traducción del inglés por Joaquín Romero Maura. México, Ariel, 1990.

Collinwood, R.G: Idea de la historia. 2 ed. Traducción del inglés por Edmundo O’Gorman y Jorge Hernández Campos. México, Fondo de Cultura Económica, 1980.

Gaos, José: “Notas sobre la historiografía”, en Historia Mexicana, vol. IX, abril-junio 1960, núm. 4. p. 481-508.

Iglesia, Ramón: El hombre Colón y otros ensayos. México, Fondo de Cultura Económica, 1986.

Matute, Álvaro: La teoría de la historia en México (1940-1973). México, Secretaría de Educación Pública, 1974 (Sep setentas, 126).

Xirau, Ramón: Introducción a la historia de la filosofía. 13 ed. México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2001.

Arcángello Rafael Flores Hernández.

Historiador por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM

Estudiante de maestría en el Posgrado de Estudios Mesoamericanos

Profesor de historia y orgulloso miembro de Palabra de Clío A.C.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Estados incipientes en las tierras altas de Guatemala durante el período preclásico.


Lic. Juan Carlos De La Peña Hernández

Historia SUA

Facultad de Filosofía y Letras

UNAM

La formación de pequeñas aldeas en la zona sureste de lo que actualmente es nuestro país y la zona de Guatemala, son ejemplos de estadíos anteriores al período preclásico y presentan pruebas de datarse su antigüedad en el período arcaico (8000 – 2000 a.C.). Estas aglomeraciones humanas aprovechaban los recursos de la zona para mantenerse y a la vez, empieza la formación de los primeros cacicazgos. Las formas de vida que imperaban estaban directamente relacionadas con la dependencia al medio ambiente , la agricultura no estaba desarrollada, tampoco la cría de animales. La organización social de los elementos de la producción requería en primer lugar un cacique que se encargaba de la distribución de los bienes en especie que se conseguían y además de el control de los excedentes agrarios, así tambien tornaba las medidas pertinentes en caso de que las cosechas se malograran (en una época posterior).

La época del preclásico temprano y su primera mitad (1100 a.C.) se ha estudiado gracias a los hallazgos de cerámica que se han encontrado en la zona. Las cerámicas más antiguas son de Chantuno y data probablemente de un momento entre el 2000 y el 1700 a.C. Hacia el año 1200 a.C. esta fase se enlaza con la tradición cerámica “Ocos”.

Uno de los primeros cacicazgos regionales de importancia fue el de la Ciudad de la Blanca, la cual dominaba en el territorio comprendido entre la costa del Pacífico y las tierras altas. Con esta aparición se da la transcisión del preclásico temprano al medio alrededor del año 1000 a.C. Excavaciones relativas al preclásico medio y tardío (del 800 al 200 a.C.) revelan que había poblaciones rurales y semicomplejas en la totalidad de Guatemala y en buena parte de Chiapas, Belice y El Salvador. El Baúl, Balberta y Monte Alto fueron habitadas entre los años 800 y 100 a.C. Estas ciudades estaban a lo largo de corredores comerciales de importancia. Es de notarse la influencia olmeca que se refleja en esculturas y cerámicas.

Durante el preclásico medio, se dio la formación de pequeños estados tales como La Lagunita y El Portón, Las excavaciones han demostrado la presencia tumbas con gran riqueza ornamental, estilos regionales artísticos que indican la especialización de la sociedad.

Kaminaljuyú, fue probablemente la población preclásica más importante de las tierras altas de Guatemala, dicha población fue en el Preclásico la más importante de Guatemala , poseedora de grandes complejos ceremoniales, numerosas esculturas, tumbas monumentos funerarios e ingeniosas instalaciones de riego. Así mismo se practicaba la agricultura intensiva. Su desarrollo y esplendor se dio entre 400 a.C. al 100 a.C. Además de los sistemas de escritura que se han encontrado (según una investigación realizada en 1996), constituyen uno de los más antiguos de Mesoamérica. Esta rama lingüística está emparentada con la lengua ch´ol. Estas lenguas estaban emparentadas con las de las tierras bajas. También poseían la misma estructura social que los primeros ( soberano divinizado en su centro).

Es probable que haya existido en Kaminaljuyú una estructura altamente centralizada. Existían instituciones de control y de los recursos hídricos y de las instalaciones de riego, La ciudad llegó a tener ciudades satélite a finales del preclásico. Su decadencia se vió condicionada por la llegada de grupos lingüísticos quiché, así como también por la fundación del poblado de Solano en las rutas comerciales del emporio. Los quiché la colonizaron alrededor del año 200 d.C. Durante la fase siguiente ( Aurora), se da un retroceso en los estilos de la cerámica y también la destrucción de monumentos con inscripciones jeroglíficas, lo más probable es que los quiché hayan sido los responsables de este acto, pues no tenían este tipo de escritura.

Durante los 200 años que duró la fase Aurora, se dieron cambios de gran importancia en el territorio maya, Las ciudades de Tikal y Uaxactún reemplazaron en su función de metrópolis a El Mirador y Nakbé. El apogeo de la cultura maya se dio en el Clásico ( 250 – 909 d.C. )

La influencia de Teotihuacan en el área maya (sobre todo en la costa de Pacífico y en Amatitlán, al sur del valle), se dio probablemente por conquistas militares o por la monopolización del comercio. De hecho Kaminaljuyú fue conquistada por los teotihuacanos formando un triángulo con Solano y Frutal para el control del comercio entre las zonas del cultivo del cacao y las tierras altas quiché.1

La fase Esperanza (400 – 550 d.C.) esta representada por la arquitectura de talud y tablero, cerámica diferente a la de la fase anterior y campos de juego de pelota. La evolución demográfica del valle alcanzó un punto culminante. Se dice que llegó a tener 15. 000 habitantes antes de que se despoblase de manera definitiva en 800 d.C.

El ascenso de los quiché y su despliegue a través de las tierras altas marcan el inicio del posclásico, etapa de disensiones internas y contactos forzados con extranjeros del centro de México. Kaminaljuyú fue el primer estado del preclásico maya y es probable que haya servido de modelo a los más tardíos estados del clásico.

Bibliografía

Fahnsen, Federico, “De los cacicazgos a los estados en las tierras altas de Guatemala”, Los Mayas, Una civilización milenaria (N. Grube, ed.), pp. 87 – 95, Editorial Köneman, Colonia, Alemania, 2000.

Sharer, Robert, La civilización maya, Fondo de Cultura Económica, México.

martes, 1 de septiembre de 2009

México 1847, ¿pérdida o despojo?



Índice


Introducción Itzel Magaña Ocaña
Los liberales mexicanos y el modelo norteamericano Sabino González y José Luis Chong
La independencia de Texas como antecedente de la guerra de 1847 María del Rosario Tun y Julio César Rios
Destino Manifiesto y expansión territorial Ma. Concepción Delgado
Santa Anna y la guerra del 47 Viridiana Olmos y Ramsés Ramírez
La conspiración monárquica: los conservadores y España (1845-46) Juan Manuel Melchor
Batallón de San Patricio Roberto Quiroz y Raymundo Casanova
La Iglesia mexicana frente a la guerra Filiberto Romo
El federalismo y el problema de las finanzas Patricia Márquez
La sociedad mexicana y la guerra Nuria Galí y Javier Hernández
La Guerra de Castas Leticia Torres y Humberto Flores
Tratado de Guadalupe Hidalgo: el costo para México de la Doctrina MonroeYunuén Carrillo
Personajes de la guerra de 1847: políticos y colonos americanos Itzel Magaña
Conclusiones: De cómo los enanos también empezaron desde pequeñosClaudia Espino y Rafael Luna

Donativo: Versión impresa $150.00. Versión digital (PDF): $100.00)