martes, 21 de diciembre de 2010

Reseña de libro: Ciudad de México. Crónica de sus delegaciones.



La Historia de México se ha escrito constantemente a partir de los acontecimientos ocurridos en la capital. Sin embargo, dentro del propio concepto de la capital, la Historia se ha escrito de modo excluyente, involucrando solamente al actual centro histórico y dejando a un lado al resto del territorio actualmente conocido como el Distrito Federal. Si bien la llamada “Ciudad de México” abarcó durante siglos sólo el espacio correspondiente al actual centro histórico, prácticamente todas las demarcaciones conocidas ahora como “delegaciones” han tenido población y los habitantes de cada una han realizado sus aportaciones culturales en todo momento, desde la época prehispánica, pasando por el periodo virreinal hasta la actualidad.

En el año 2007, el Gobierno del Distrito Federal en conjunto con su Secretaría de Educación y el Consejo de la Crónica de la Ciudad de México editaron el libro Ciudad de México. Crónica de sus delegaciones. El libro fue presentado de manera oficial al año siguiente. La obra busca adentrar al lector hacia el origen de cada una de las dieciséis demarcaciones abarcadas en la capital del país. El texto cuenta además con tres presentaciones de carácter introductorio, uno hecho por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal: Marcelo Ebrard, otra por Axel Didriksson Takayanagui, quien fungiera como Secretario de Educación del DF en ese entonces y otra por Guillermo Tovar y de Teresa en representación del Consejo de la Crónica de la Ciudad de México, AC.[1]

Como su título lo indica, cada capítulo del libro habla de cada una de las delegaciones políticas del Distrito Federal, agregando un primer capítulo dedicado al llamado Centro Histórico.[2] Al lector podría llamarle la atención el hecho de conocer los orígenes del lugar donde hoy habita. Como se mencionó en el primer párrafo, prácticamente todas las delegaciones fueron en algún momento habitadas desde la antigüedad, ello comprobado al encontrarse vestigios arqueológicos de la era prehispánica, luego pasando por la edificación de iglesias, monasterios o conventos durante el virreinato, hasta la construcción de vialidades, monumentos y edificios del último siglo. Por poner un ejemplo, en la delegación Tlalpan se tiene el asentamiento más antiguo conocido en la capital con la zona arqueológica de Cuicuilco. Posteriormente, durante el virreinato ese mismo lugar fue conocido como San Agustín de las Cuevas y era un lugar de recreación frecuentado por los habitantes de la Ciudad de México. Finalmente durante el siglo XX, Tlalpan se convirtió en una de las zonas de mayor crecimiento urbano en el Distrito Federal.[3] Otro ejemplo sería la evolución histórica de la delegación Magdalena Contreras, cuyo nombre proviene de la unión del río Magdalena, el cual proveía de agua a los antiguos asentamientos ubicados en esa delegación y de la Hacienda de Contreras establecida en el siglo XVI.[4] La Plaza de las Tres culturas de Tlateloco en la delegación Cuauhtémoc, es considerada como uno de los principales ejemplos de la representación histórica de los periodos prehispánico, virreinal y contemporáneo dentro de la capital mexicana.[5]

A la par del texto dedicado a cada una de las delegaciones, el libro cuenta con fragmentos de textos literarios e historiográficos dedicados a la Ciudad de México en diversas épocas. Entre dichos fragmentos se encuentran escritos a partir del siglo XVI con autores como Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, Francisco Cervantes de Salazar, Brantz Meyer, hasta autores del siglo XX como Carlos Pellicer, Octavio Paz, Salvador Novo, Carlos Monsiváis, entre otros. También se destacan notas aclarando el origen de los nombres de diversos sitios de la capital a partir de su nombre en náhuatl. Así el lector puede descubrir el significado de Azcapotzalco como “Lugar de hormigas” u “hormiguero”, Cuajimalpa como “lugar donde se labra o talla madera”, Xochimilco como “en la sementera de flores” o “en el sembradío de flores”, etcétera.[6] Asimismo, las muchas imágenes (cuadros y fotografías) incluidas en esta obra fueron proporcionadas por diversos organismos, como el Archivo General de la Nación, el Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM, la Fototeca de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la Hemeroteca Nacional, así como de diversas colecciones particulares.

Después de mencionar en forma breve la historia de cada una de las delegaciones políticas, el libro incluye a manera de epílogo un texto titulado: “De cómo se adquiere la ciudadanía. Notas sobre movimientos sociales en a Ciudad de México” escrito por Carlos Monsiváis y Jesús Ramírez Cuevas. Aquí se enfatiza la participación de los habitantes de la capital, especialmente desde la segunda mitad del siglo XX, poniendo como ejemplos al movimiento estudiantil de 1968, la organización de la gente tras los sismos de 1985 o los actos de inconformidad y protesta tras los resultados en las elecciones de 1988 y 2006. Con ello la ciudadanía ha tratado de volverse visible ante los problemas políticos y sociales en su comunidad. El epílogo da a entender también la búsqueda de derechos para los grupos menos favorecidos y la búsqueda de una sociedad más abierta y plural en la Ciudad de México.[7]

Para finalizar, el libro resulta recomendable para todo aquel interesado en conocer más sobre su ciudad, su delegación o incluso su barrio o colonia. También serviría como lectura complementaria para los alumnos de bachillerato en el Instituto de Educación Media Superior del Distrito Federal, de manera más específica en la asignatura optativa de Historia Cultural de la Ciudad de México.


[1]Ciudad de México. Crónica de sus delegaciones. México: 2007. p. 5, 7, 9.

[2] p. 11-29.

[3] p. 235-243.

[4] p. 176.

[5] p. 123.

[6] p. 57, 96, 277.

[7] “De cómo se adquiere la ciudadanía. Notas sobre movimientos sociales en a Ciudad de México” en Op. Cit. p. 283-300.

Ficha bibliográfica:

Ciudad de México. Crónica de sus delegaciones. México: Gobierno del Distrito Federal, Secretaría de Educación del Distrito Federal, Consejo de la Crónica de la Ciudad de México AC, 2007. 307 p. ils.

Mauricio Karim Flamenco Bacilio.

martes, 14 de diciembre de 2010

Reseña de libro: Carteles nazis y antinazis.



Durante la primera mitad del siglo XX la propaganda política tuvo en los carteles a uno de sus ejemplos más representativos. Los gobiernos de Europa y Estados Unidos se valieron del cartel para mostrar desde sus ideas políticas y sus promesas de campaña, hasta sus formas de reclutamiento militar y sus métodos de control de la población durante la guerra. Entre la propaganda de ese periodo, la elaborada por el Partido Nacional Socialista Alemán del Trabajo (conocido por sus siglas en alemán como NSDAP) ha sido una de las más analizadas por los historiadores contemporáneos, debido a su gran impacto sociopolítico, así como por sus consecuencias.

El libro Carteles nazis y antinazis presenta una breve serie de carteles propagandísticos alemanes entre 1918 y 1945, ello significa la época comprendida entre el final de las dos Guerras Mundiales. En las imágenes del libro se puede conocer desde la búsqueda de votantes del partido nazi para los procesos electorales, hasta la propaganda de guerra hecha por los nazis en los territorios ocupados. La propaganda política del Partido Nacionalsocialista en los primeros años de la década de 1930 era destinada a la unidad social y política. El concepto anterior, junto con el resentimiento alemán tras la firma del Tratado de Versalles y el fin de la Primera Guerra Mundial son causas entendibles para el ascenso y desarrollo del nazismo.[1] El libro contiene también propaganda hecha por grupos contrarios a la ideología del nazismo. Por un lado se tienen carteles hechos por otros partidos alemanes como el Partido Socialdemócrata, el Partido Comunista Alemán o el llamado Partido de Centro.[2] Los tres partidos antes mencionados veían al nazismo como la mayor amenaza común para Alemania, ello se evidencia en sus carteles propagandísticos donde se criticaba principalmente al Partido Nacionalsocialista. Los carteles mostrados en el libro por esos partidos fueron hechos con motivo de las elecciones de 1932, un año antes del ascenso al poder de los nazis con Adolf Hitler como canciller.

Una vez instalados en el poder, los nazis siguieron valiéndose de los carteles como medio de difusión política. Del periodo comprendido entre 1933 y 1938 (es decir, desde la llegada al poder de Hitler hasta antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial), el libro destaca un cartel hecho con motivo de los Juegos Olímpicos de invierno de 1936 celebrados en Garmisch-Partenkirchen Baviera.[3] No obstante, el libro no incluye propaganda de los Juegos Olímpicos de verano efectuados ese mismo año en Berlín. Por otro lado, se desatacan los carteles hechos con motivo de las anexiones de territorios; tales como Sarre en 1935, Danzig al norte de Polonia en 1938 y otro hecho con motivo de la llamada Anschluss (unión o anexión) de Austria a la Alemania nazi en marzo de 1938.[4]

Ya durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), los nazis difundieron sus carteles en territorios ocupados como Polonia, Checoslovaquia y Francia. Además de los carteles hechos en lengua alemana, la propaganda nazi se encontraba también en lengua francesa, checa, holandesa, polaca e incluso rusa; algunos ejemplos de carteles nazis escritos en esas lenguas aparecen en el libro. Por otro lado, los países aliados como Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética publicaron carteles en contra del régimen nazi, los cuales también pueden apreciarse en el libro. También llama la atención la aparición de diversos carteles realizados para las llamadas Juventudes Hitlerianas, hechas antes y durante la Segunda Guerra Mundial para reclutar a jóvenes desde los diez años de edad.[5]

Sin duda, la Segunda Guerra Mundial y su propaganda ha llamado la atención, no sólo a los historiadores, sino al público en general. Con el libro Carteles nazis y antinazis el público no especializado podrá acercarse al conocimiento de los medios propagandísticos, tanto de la Alemania nazi como de los países aliados. El libro también sería recomendable para los estudiantes de lengua alemana. Aunque en Internet pueden encontrarse las mismas imágenes y muchas más, el libro aquí reseñado no deja de ser una buena fuente de consulta.

Mauricio Karim Flamenco Bacilio




[1] El universo del cartel. Carteles nazis y antinazis. 1ª Ed. México: 2010. p.7.

[2] p. 25-28.

[3] p. 35.

[4] p. 34, 38, 39.

[5] p. 78-83.