viernes, 30 de septiembre de 2011

El barrio de Tultenco en el campan de Zoquipa.


El barrio de Tultenco en el campan de Zoquipa.
Maru Herrera
El barrio de Tultenco tiene su origen en la época prehispánica al ser una de las isletas ubicadas en el lago de Texcoco al sur-este de la isla de mayor tamaño, en la que en 1324 fundaran los aztecas México-Tenochtitlan, que con el tiempo incorporó a su territorio a Tultenco y varias islas más, mediante la construcción de chinampas, alcanzando la ciudad gran esplendor y tamaño.
La isla-ciudad estaba organizada en cuatro grandes barrios o campan separados por calzadas: Moyotlan, Atzacoalco, Cuepopan y Zoquipan. Tultenco formó parte del Barrio de Zoquipan también llamado de Teopan o Xochimilco.
En el siglo XVI Zoquipan, partiendo de la parte oriente del Templo Mayor, llegaba hasta las actuales calzadas de Chabacano al sur, la Viga al este y San Antonio Abad al poniente. En los 300 años de vida de la ciudad azteca, el barrio fue importante por contener en su lado oriente los embarcaderos que comunicaban a Tenochtiltlan con Texcoco y el canal proveniente de Ixtapalapa y Tlahuac. Y por su lado poniente la calzada de Iztapalapa que comunicaba a la ciudad con los poblados ribereños sureños y con los de los actuales estados de Morelos y Guerrero hasta la costa del Pacífico y tomando la ruta de oriente, hacia el golfo de México.
Durante la conquista, el barrio de Zoquipa fue destruido y murieron gran parte de sus habitantes, igual que el resto de la ciudad.
Sobre sus ruinas de Tenochtitlán Hernán Cortés decidió emplazar la nueva. En su traza se proyectó dejar los predios más cercanos al centro para la población española en una superficie cuadrada, a partir de la cual se conservaron las calzadas y los cuatro barrios prehispánicos con sobrenombres cristianos: San Juan Moyotlan, San Sebastián Atzacoalco, Santa María Cuepopan y San Pablo Zoquipan.
Durante la época virreinal el barrio creció poco, sin embargo, la presencia del rastro oficial de la ciudad, favoreció el surgimiento y desarrollo de una actividad productiva-comercial relacionada con el ramo y de una población que se le conoció como el de los “rastreros”, misma que se avecindó al hospital de de San Antonio Abad, a la iglesia de Santa Cruz Acatlán y a la garita de San Antonio Abad, ubicado este conjunto al sur del barrio de san Pablo y a la vera de la antigua calzada de Iztapalapa, que durante esa etapa, cambio por varios nombres, correspondiendo a este tramo, el de calzada de San Antonio Abad.
De manera paralela, prevalecieron algunos de los asentamientos prehispánicos y surgieron otros congregados en capillas como Santa Crucita, San Francisco Tultenco, la Concepción Ixnahualtongo, la Resurrección, San Esteban, La Candelaria, éstas dos últimas desaparecidas actualmente.
También en la época virreinal, una vez consolidado el canal de la Viga, que corre de sur a norte hacia el oriente de la zona, se instaló en sus orillas una población de carácter rural, dedicada en su gran mayoría a la navegación debido a la gran afluencia de tráfico que circulaba por el canal, al que le fue adosado un paseo a finales del siglo XVIII, que atrajo un importante número de visitantes, a partir de entonces y hasta las primeras décadas del siglo XX.
En el México Independiente se incrementó la actividad manufacturera en la zona: en el antiguo Hospital de San Antonio Abad, se instaló un obraje de hilados y tejidos que se trasformó en una de las fábricas más importantes del ramo de la ciudad. Surgieron otros talleres similares que se agregaron a los existentes del ramo de la curtiduría, a los que se incorporó la C.O.V.E, una gran cooperativa de origen francés que congregó una población subsidiaria. En el siglo XIX también se instalaron sobre la orilla oriente del canal de la Viga varias fábricas de gran producción que marcaron la zona como industrial, tales como la de alcohol “La Gran Unión”, la de ácidos “La Viga-Baisk Felix y Cia.” y la de casimires “La Victoria, S. A.”
De mediados del siglo XIX, también data la introducción de trenes con dos rutas principales en el barrio. La primera fue la del tren que saliendo del zócalo, pasaba por San Antonio Abad rumbo a Xochimilco y Tlapan. La segunda, la ruta que circulando por la calle de Topacio iba a San Rafael Atlixco y cuya terminal estaba sobre Fray Servando Teresa de Mier. Posteriormente, se hizo circular por la vera del canal de La Viga el tranvía que iba a Iztapalapa.
A pasar de la presencia fabril y del ferrocarril, en la primeras décadas del siglo XX en la mayor parte de la zona, los núcleos urbanos eran aislados y reducidos, hubo que esperar hasta la mitad del siglo, en conformidad con los fenómenos migratorios internos del país a partir de la Revolución, al incremento de la población nacional y a la reconversión paulatina de la población de rural a mayormente urbana, para que se iniciara el poblamiento progresivo de la zona hasta alcanzar su total ocupación cerca de la sexta década del siglo; conformándose varias colonias de clase media y popular, desde donde, algunos de sus integrantes, se hicieron trabajadores de pequeñas y medianas industrias que se agregaron a las anteriores y cuyos nombres perpetúan parte de la historia del lugar:
· Colonia Asturias y Nueva Asturias, por el parque de futbol que estuvo en la calzada Chabacano.
· Colonia Vista Alegre, por la plaza de toros que estuvo en calzada San Antonio Abad y avenida del Taller.
· Colonia La Esperanza, por el barco de vapor que circuló por el canal de La Viga con ese nombre.
El barrio de Tultenco hacia el sur del antiguo campan de Zoquipa, congrega a recientes y antiguos vecinos, ambos sólidamente arraigados, formando una comunidad con identidad, pertenencia y un fuerte sentido barrial, heredados de antaño.
Documentación: Taller de rescate de la memoria histórica. Barrio de Tultenco.
Imagen: México-Tenochtitlan. Reeconstrucción esquemática 1325-1519. Interpretación de M. Carrera Stampa.




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